Fin de semana de
clásicos. El primero de ellos, el clásico de clásicos: Barcelona – Real Madrid.
Era un partido a priori determinante para el devenir de La Liga BBVA, y al
término de los 90 minutos se confirmó: el Real Madrid salió del Camp Nou con el
título casi en el bolsillo merced a su victoria por 1 – 2 en casa del eterno
rival. Además, consiguió superar el récord anotador de 107 goles que ostentaba
el Madrid de la Quinta del Buitre. ¡Y todo a falta de 4 partidos para el final!
Para ambos equipos sigue siendo una semana crucial, ya que entre el martes y el
miércoles se juegan el pase a la finalísima de Munich, teniendo que remontar
resultados adversos.
El segundo de los
clásicos tuvo lugar en Montecarlo, donde Rafa Nadal y Novak Djokovic se enfrentaron
por enésima vez en una final, y donde nuestro campeón se alzó con su octavo título
consecutivo en el Máster 1000 del Principado, confirmando así su candidatura
para volver a conquistar la tierra batida de París. Clasicazo Nadal.
Como clásico es que
Fernando Alonso esté muy por encima de su Ferrari. Minimizando daños, hizo otro
carrerón en un circuito adverso para las balas rojas, acabando séptimo. La
buena noticia es que para Barcelona Alonso ha comentado que “esperan estar
arriba a partir del GP de España”. Que así sea.
Y no quiero cerrar
el capítulo de hoy sin hacer mención a la imagen del fin de semana, para mi
gusto. Los aficionados del Sevilla CF protestaron arrojando numerosas pelotas
de tenis al césped, en protesta por el retraso del partido de su equipo para
poder ofrecer las ruedas de prensa del Camp Nou, porque “están hasta las
pelotas”. El fútbol en este país está muy por encima de sus dirigentes, de
pandereta y charanga.
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