martes, 7 de febrero de 2012

El solomillo de la discordia


Probablemente una de las semanas más duras de los últimos años para el deporte español. Todo el mundo maneja la información: el TAS ha creído conveniente sancionar con dos años de suspensión a nuestro mejor ciclista, Alberto Contador, por dar positivo durante un control en el Tour de Francia de 2010. Muchas son las opiniones y las reacciones a dicha sentencia, las redes sociales andan en plena ebullición con algún que otro comentario inapropiado. Pero la pregunta que ahora nos queda por hacernos es: ¿es Alberto Contador culpable o inocente? ¿Ha hecho bien el TAS al promulgar esta sentencia? Pues bien, creo que hay razones para creer una cosa y otra. Y creyendo que es inocente, paso a explicarme:

Desde el primer momento en que trascendió la noticia, los expertos en materia de doping se apresuraron a decir que era una estupidez que se dopara con clembuterol, ya que en esas cantidades estaba demostrado que no suponía un aumento del rendimiento deportivo. Y no creo que nadie se arriesgue a ser descubierto sin ni siquiera aprovecharse de la mejora proporcionada por alguna sustancia prohibida. Además, si desde el primer momento no se le sancionó (como en otros casos) es porque muy claro no estaba el asunto, así que no veo claro que realmente se dopara. Además, parece que la teoría del solomillo es válida, aparte de haberse sometido durante cinco horas a un polígrafo en el que se desvelaba que decía la verdad, aunque esta prueba no está legitimada por la justicia suiza. Pero lo más irrisorio es que en la resolución se admite que no existen evidencias de doping, pero se le sanciona. Entonces bien, ¿inocente?

Por otra parte están los hechos, que por desgracia son las pruebas a las que se agarra un tribunal. Y los hechos son que ha habido un positivo, independientemente de la cantidad ínfima del dichoso clembuterol. Otro hecho importante es el que Contador no haya podido demostrar su inocencia año y medio después, aunque nadie ha podido demostrar que el ciclista estuviera faltando a la verdad. Entonces qué, ¿culpable?

En mi modesta opinión, creo que es inocente, porque (y aunque suene un poco brusco decirlo) si alguien quiere sacar provecho de sustancias ilegales, lo “hace bien”, es decir, en cantidades que realmente puedan suponer un aumento del rendimiento deportivo. Pero aquí hay preguntas que siguen en el aire y que algunas pueden seguir sin ser respondidas en años: ¿Por qué han tardado tanto? ¿Por qué si con los hechos que había en su contra sólo se le podía aplicar una sanción de 6 meses a un año? (como bien dijo Óscar Pereiro a través de su cuenta de Twitter). No quiero creer que han tardado tanto para perderse los JJOO, no quiero creerlo…

No quiero cerrar esta entrada sin hacer mención un par de casos que pasaron casi inadvertidos, pero de los que no tenemos que olvidarlos. Ezequiel Mosquera dio positivo por hidroxietil almidón, sustancia prohibida no por que suponga un aumento del rendimiento, sino porque se cree que es un enmascarador de otras sustancias ilegales. Nadie comentó su caso y no tuvo opción de defenderse prácticamente. Y el más grave fue el de Alejandro Valverde, que fue sancionado con la misma condena que Contador sin haber positivo, sino porque “había evidencias” de que era partícipe de la maldita ‘Operación Puerto’ que tanto daño ha hecho al deporte español. Manda cojones el asunto. Por suerte, Valverde está ya a disposición del aficionado a este deporte de las dos ruedas, en el que tantas alegrías nos va a dar en esta temporada.