Esto se va acabando. Cuatro años de espera y
en apenas dos semanas la competición deportiva más grande del mundo se acaba.
Una lástima, pero por lo menos los Juegos nos dejan muchas cositas de las que
hablar… Y disfrutar. Y con lo que más hemos disfrutado los españoles en Londres
ha sido con nuestras chicas. Da igual el deporte, allí estaban las nuestras
para sacarnos del atolladero.
Primero de todo, inaguramos el medallero con
nuestra nadadora Mireia Belmonte, que se colgó dos platas en las pruebas de 200
mariposa y 800 libres. Seguimos con el bronce de Maialen Chourraut en K1 aguas
bravas. Marina Alabau nos dio el primer oro a la delegación española en vela
clase RSX. El dúo de natación sincronizada formado por Andrea Fuentes y Ona
Carbonell remontaron de manera espectacular a la pareja china para meterse en
el segundo cajón del podio y besar una nueva medalla de plata. Si a esto le
sumamos la plata conseguida por Brigitte Yagüe en taekwondo y el bronce de
Maier Unda en lucha, vemos quiénes dominan el medallero español.
Y por si esto fuera poco, anoche sumamos una
nueva medalla de plata. Y sí, también era un conjunto femenino. La selección
española de waterpolo sucumbió en la final ante EEUU, pero el papel desarrollado
en estos Juegos por las jugadoras de Miki Oca ha sido, sencillamente, espectacular.
En su debut olímpico han entrado (recordemos que ganaron el preolímpico de
Trieste) y han salido por la puerta grande. Sin palabras.
Y para sumar a todo esto aun tenemos opciones
de medalla femeninas, como el equipo de natación sincronizada, que apunta al bronce. A la vez que las chicas del waterpolo se colgaban la
plata, las guerreras olímpicas de Jorge Dueñas, como se conoce a la selección
femenina de balonmano, caían, presas de la mala fortuna en forma de
lanzamientos a la madera, en semifinales ante Montenegro. Pero que no decaiga
el ánimo, que en esta disciplina somos bronce en el último mundial y podemos
redondear ese magnífico resultado con un bronce olímpico. Sin duda, y aunque
ahora mismo pueda resultar amargo, un resultado que ya hubiésemos firmado antes
de empezar… O no…
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