Los
Juegos de 1952, en Helsinki, comenzaron con el acto de encender el pebetero por
parte de Paavo Nurmi, héroe local que se alzó con el oro en los 1500m y 5000m
en los JJOO de Amsterdam en 1928. Pero ya había pasado mucho desde entonces, y
la figura de los X Juegos de la era moderna iba a ser un atleta checo, apodado
la locomotora humana, Emil Zátopek.
Nacido
en 1922, llegó a Helsinki siendo unos de los favoritos en las pruebas de fondo,
dado el resultado obtenido en Londres cuatro años atrás (oro en 10000m y plata
en 5000m). Pero ni el más optimista podía imaginar que Zátopek iba a conseguir
una de las mayores gestas hasta la fecha (si no la mayor) de un atleta en unos
JJOO. Fue capaz de lograr el oro olímpico en las pruebas de 5000m, 10000m y la
maratón, y todo ello en menos de una semana. Una auténtica barbaridad que le
hizo convertirse en todo un héroe para Checoslovaquia, donde fue ascendido al
grado de coronel. Expulsado poco después del ejército, pasó muchos años pasando
penurias hasta que en 1975 fue rehabilitado. Murió en el año 2000, y para la
historia siempre quedará el haber sido el protagonista del mayor espectáculo en
el atletismo de fondo en toda la historia de las competiciones internacionales.
Veremos
a ver qué ocurre en Londres dentro de poco, pero se antoja complicado que
alguien pueda igualar la marca de la locomotora
Zátopek. Un grande de la historia de los Juegos Olímpicos.
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